El 27 de junio de 2012 publiqué una entrada a este blog: http://alejandromorandini.blogspot.com.ar/2012/06/jesus-ramon-vera.html
en la cual daba cuenta del bajón y la impotencia que sentía al cumplirse el primer mes de la desaparición del poeta Jesús Ramón Vera.
Desde entonces se han sucedido diversos homenajes tanto en la ciudad capital de Salta, como en el interior de la Provincia.
Lo que no avanzó es la investigación de las causas de esa muerte. Se ha especulado mucho, los familiares no quieren una autopsia del cadáver, las autoridades pretenden olvidar todo rápidamente y como corolario, la Escuela de Artes, Roberto Maheasi, por la que había luchado el poeta, hoy casi es una realidad.
Todos felices, o se simula muy bien.
La Cocina de Gómez, colectivo artístico, ha editado la obra completa de Ramón, es un bello libro para quién quiera conservar la memoria literaria. Días pasados, preparando su presentación para televisión, marqué una serie de poemas que, de alguna manera, insinúan el trágico desenlace.
Aquí reúno esos poemas, en un corte absolutamente arbitrario a la obra del poeta comparsero.
En la incertidumbre, he querido leer en estos versos la crónica de su muerte anunciada.
El rompecabezas
Cayó de mis manos
hacia fuera.
En vano
quise evitar el golpe.
En desorden
los restos
se dispersaron
como si huyeran
de sí mismos.
Desde que
está en el piso
no puedo
armarlo.
Su forma
original ya es imposible.
Robo
Hicieron de
campana.
Se llevaron
lo que
profundamente
amaba
el poeta.
Una temporada en el infierno
El fuego
quema
en el desfiladero
el fogonazo.
Las
soledades
en patota
te derraman
el ojo
que mira
toda la úlcera
de reojo.
(Hasta los
dientes naturales están postizos).
Espera la
nocturna vía
que los
vagones del adiós
te deshuesen
en el
despedidero.
El viaje
Extravié
el bolso,
donde
guardaba totalmente
las cosas.
Nos robaron
los zapatos.
Pensábamos
bañarnos
a la salida
del río.
Pero también
me abandonaron
los amigos.
Creía
que en la
vida se entra siempre
por adelante.
La ciudad luz de Rosario de la Frontera
Luego que el
Loco Vivas,
su hermano,
y el loco
Raúl
me
desvalijaron mi casa
de villa 20
de febrero,
de Salta
varias veces
varias veces
como si fueran
dueños de la sombra
como si yo
me hubiese muerto
antes
ante un
cajón con más sombras
al lado del
río
como si
nadie tuviese capacidad de
respuesta
al golpe
al desvalijamiento
al secuestro
de cosas que no son de ellos
vine al
barrio
Cacho
Iriarte
de Rosario
de la Frontera
aquí
están mi
padre
mi abuelo
viviendo enterrados
enterrados
bajo tierra
bajo tierra
bajo tierra
Es como si hubiesen
atrapado
un cuerpo
sin alma.
¡Por favor!
Ahora estoy
luego que
tipos me desguazaron la
casa o la ex
pienso o
siento que en el albor de
otro año
debo comer
de nuevo
el veneno
que no quiso
mi corazón
cómo
cómo
dónde mi
corazón
cuando los
veo cantar conmigo en el
documental
ah!
cómo arde este
corazón dormido,
cervezero,
En Los
Sauces 4,
sueño
que tenemos
un año menos
menos
Les regalo
la computadora
Escucharán
bob marley,
hendrix,
pink floyd,
pappo
Ahora
todos los
árboles de navidad
y todos los
cerezos
les arderán
la estupidez
Copiaron el
método de los militares
del 76
la invasión
entrar en
una casa
sola indefensa
INDEFENSA
Estoy
bien
en Rosario
de la Frontera,
gatos
de cuarta
los hice en
la comparsa
y creyeron
que
la vida, la
comparsa es gratis
LOS ESPERO
de nuevo.
No saben que
las calles de ripio
son hermosas
en el barrio.
¿Cómo no
pensaron que las plumas
blancas y
negras costaron
la vida?
Jamás olviden
que los años
pasan,
el latir
inmenso
no se
detiene.
Los espacios importantes
Un barrio
sin tarcos donde pocos te abrazan.
Una
provincia con montañas como tantas.
Un país de
otro país.
Un planeta
que no es el centro.
Un sol tan
grandioso, dorado, pequeño.
Una Vía
Láctea entre infinitos grupos de estrellas,
más inmensos,
tal vez más bellos.
Y aún así
recuerdo las violetas de un jardín
de pueblo,
que ya nadie
riega.