No por mucho madrugar uno se hace GALLO
por Alejandro Morandini
Familia Gallo es una reunión de libros que
contienen una variada gama de procedimientos poéticos y narrativos, elaborados con
humorística y corrosiva perspectiva. La incisiva ironía de Ernesto Aguirre, desmenuza fetiches provincianos y expone esos
restos en un lenguaje mordaz, en una serie abigarrada de citas literarias,
fantasía y delicada poesía. Retazos de una curiosa realidad componen esta suspicaz
biografía de la cultura local. Su marcado objetivismo tiende naturalmente hacia
el humor; sus observaciones, aparentemente caprichosas, actúan cáusticamente
sobre la superficie aldeana. Obra conceptual, el conjunto de poemas, viñetas y
cuentos, son los rastros de una épica familiar fantástica.
Este primer tomo de lo que promete ser un clásico alegre de comienzos de siglo, contiene, La sonora Relusol, narración poética
que conserva la leyenda de los Gallo. Un sonoro concierto de nombres y
situaciones; anotaciones inquietantes de un localismo deliberado acompañan anécdotas
y referencias literarias e históricas. Prosa y verso componen una genealogía
errante; un árbol sesgado, hecho de pura literatura.
El segundo libro, Ropa de
cama, (versión subtitulada del trasluz original), ocupa un lugar central en
la trama familiar. Concebida como un Manual para los huéspedes transitorios del
Hotel La Margarita, los poemas son las predicciones leídas en las manchas de
las sábanas vistas a trasluz. Esta quiromancia poética reviste la forma de un
instructivo y explora los raros caprichos de la lengua cuando se la expone a
situaciones epigramáticas.
Según se quiera amor o pesadumbre, los hoteles, son el
territorio de la sensibilidad de Aguirre. El espacio constreñido, la situación
de precariedad, convierten al hotel en
el sitio de la abstracción y el recogimiento. Las consideraciones sobre la
extensión de sus poemas son infinitamente menos importantes que la brevedad de
las experiencias y la expiación instantánea a las que tiende su escritura. En
versos de su heterónimo, Rosarito Tosco:
la
poesía es un ahogo, o no es.
Un análisis integral de su obra no debiera dejar de reflexionar sobre
su remisión a las producciones de la cultura de masas: el cómic, el rock y el
cine, como constantes intertextuales.
Los poemas del rastrojo,
(Tras los rastros de un ojo mirando), son los poemas
de El Pollo Gallo, y se presentan como
un oblicuo memorial del cine. Su catálogo de escenas, tanto dentro como fuera
de la sala, ubican al lector como un espectador exquisito en un gabinete de
privilegiados; escenas artificiales hechas con fotogramas dispersos, son las
referencias necesarias para espectadores insomnes. El poeta Aguirre, ha querido
que este tercer libro fuera concebido por el mayor de los Gallo, dueño de la no
menos inquietante agencia de tómbola, El
gayo que no cesa, cuyas atribuladas
ganancias son los sueños que dictan desesperados apostadores.
Como colofón la editorial 3Ramones
Editores, anuncia la aparición de un segundo tomo consistente en un libraco
de historietas, escrito por El Huevo
Gallo, el menor de la familia, y que llevará por título el nombre de un lejano
pariente que partiera junto a Manuel Belgrano en la Larga Marcha del Éxodo
Jujeño, Urbano Gallo; se advierte
que esta narración ilustrada, en cuidadas viñetas de ficción histórica y
esmerado realismo jujeño, concluye la saga de esta ya, legendaria familia.
***
Ernesto Aguirre, nació en Jujuy el 14 de junio de 1953. Su primer libro de poemas
fue Historietas, (1978). Siguió, Espejo Astillado, en colaboración con
Javier Soto y Saúl Solano, (1980). Luego vinieron Café de la luz, (1986); Crónicas
del buen amor, (1989). Sofía in
memorian, (1995); Estambul,
(1999); Cuatro cartas de un puntero
izquierdo, (2006); Depán Llebar
(sic) (editado en la web, 2007), y El
concierto de Abrán Juez, (2007).
En 1998, Reynaldo Castro, publicó El escepticismo militante: conversaciones con Ernesto Aguirre.
Colaboró en diarios y revistas literarias, parte de su producción esta recogida
en antologías regionales y nacionales.
Condujo, en la radio dos memorables programas: Los habitantes del sol, (Radio Nacional Jujuy 1975 – 1980) y elperroflauta (www.facebook.com/elperroflautaweb),
(2011).
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Prólogo
A la familia Gallo llegué como uno siempre llega a los momentos
decisivos de su vida (nacimiento, tonada, apodo y muerte), sin que nadie se
tome la molestia en pedirnos opinión o parecer al respecto. Si esta historia
que aquí les cuento ustedes esperan que comience por el principio, les haría
las mismas preguntas que me hice yo al
intentar comenzar por el principio: ¿El principio sería cuando yo, el
testigo, llegó al barrio? ¿O el nacimiento del Sr. Gallo, jefe de familia? ¿O
quizá el momento en que Pisin Gallo puso su grano criollo a masticarse en salas
barriales lubricando humildemente la inmensa industria del celuloide? Podríamos
seguir preguntándonos sin que encontráramos una respuesta adecuada. Si esta
Obra Poética de la familia Gallo comienza con mi visita a la “Agencia El Gayo que no cesa” –tómbola, y termina con
el fallo favorable a las demandas del Cangallo, es porque así decidí yo que
fuera, sin molestarme en pedirle opinión o parecer a los implicados en ella.
Como si fuese la vida misma tomando decisiones. Ahora, si usted cree que la
vida se equivoca, ¡proteste!, está en todo su derecho, creamé.
(La sonora Relusol)
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XVII
Mirando mirar al ojo de un
apodador
-Mire… Si con mirada sola un ojo mide
espesura y consistencia
de un amor a primera vista
aceleración y consumo por kilómetro
de un amor sobre ruedas
envergaduras de alas y autonomía de vuelo
de un amor de aquí al cielo.
Usted no está mirando mirar un ojo de buen cubero, usted está
mirando mirar un ojo de apodador, mi querido amigo… comosellame. Jamás
equivocan el talle del que visten. La precisión alcanzada por esta gente en el funcionamiento
de sus productos, a pesar, mire usted, del cotidiano manipuleo al que son
sometidos… lo que despierta mi más sincera admiración, creamé, son los
materiales empleados en la elaboración de un apodo. Una vez puesto, olvidesé…
eterno, sin mantenimiento…
De esas cosas se ocupaba mi amigo Wayar, un vecino hace tiempo… sabía
decir que la primera reacción de un nombre ante un apodo, era pedirle
documentos. Jamás aceptaba haberse equivocado de pila baustismal… “Si el
bautizado –así hablaba mi amigo, le juro-, si el bautizado no responde a su
nombre con todo el cuerpo, permite que en esos territorios anónimos florezca el
apodo con energía de evidencia. Éste, rápidamente conquista privilegios de
legalidad (contesta saludos, imprime tarjetas, firma cartas, deja mensajes,
hasta toma créditos a su nombre). De lo que no se hace cargo –mi amigo aquí se
ponía serio-, es de la muerte del apodado. Es tan respetuosa de los
reglamentos, que cuando llega, la muerte no acepta registrarse con nombre sin
partida de nacimiento”.
Para terminar usaba siempre un tono solemne: “es curioso ¿no?... el
que en vida tuvo por nombre un apodo, de muerto tiene un seudónimo”, y se
largaba una carcajada…
“El Pollo Gallo, carajo” me decía abrazándome con cariño, “la única
vez que mi vida recibió la visita de la suerte, fue cuando me trajo un amigo
con apodo capicúa”.
(La sonora Relusol)
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1
Si se le viene un poema
imprevisto,
usted,
contenga la respiración
como buzo
con ganas de silbar
como nariz local
en vestuario visitante
como pulmotor
con mal aliento
contenga la respiración,
creamé,
la poesía es un ahogo,
o no es.
(Ropa de cama)
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12
Si se le viene un reflejo
imprevisto,
usted,
baje la vista, no se involucre.
Que se le parezca,
no significa que el reflejo lo estime,
no significa que lo aprecie
y no lo culpo, si me permite,
ni el más esmerilado vidrio, creamé,
justifica semejante deterioro.
(Ropa de cama)
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Perfume de mujer
(Profumo di donna. Dino Risi, 1974)
En 1824, el francés Louis Braille,
que era ciego,
desarrolló un sistema de impresión
que
se podía leer al tacto.
(Su sistema se basa en grupos de puntos en relieve
y actualmente
lo usan personas ciegas o con visión reducida
en todo el mundo).
Con la yema de los dedos
los lectores de Braille,
experimentados,
pueden distinguir letras
y
otros símbolos.
Ejemplo: la sensible mano del acariciante
lee dos puntos impresos en relieve
sobre pechos perfumados
y deletrea:
Be – lli.
(El rastrojo)
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Las noches de Cabiria
(Le notti di Cabiria. Federico Fellini, 1957)
(Aquella noche con Fellini
en el bar “5 esquinas”)
Nino Rota
silba
Un Néstor Groppa recién leído
y Federico sentencia:
“teniendo la música,
esta ciudad se filma”.
(El rastrojo)
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Familia Gallo – Obra
Poética – Tomo I es la segunda publicación de la
editorial independiente 3Ramones y
de su colección de poesía “Árbol de lengua”. Anuncia de
próxima aparición: Pensaba que aún tenía
tiempo, Pablo Baca; La bragueta del
almirante, Ernesto Aguirre y, Algo
por el estilo, Álvaro Sebastián Cormenzana.
Los Editores
Juan Martín Otero
Alejandro Morandini
Orlando Agüero
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