miércoles, 30 de mayo de 2012

Familia Gallo























No por mucho madrugar uno se hace GALLO
por Alejandro Morandini


Familia Gallo  es una reunión de libros que contienen una variada gama de procedimientos poéticos y narrativos, elaborados con humorística y corrosiva perspectiva. La incisiva ironía de Ernesto Aguirre, desmenuza fetiches provincianos y expone esos restos en un lenguaje mordaz, en una serie abigarrada de citas literarias, fantasía y delicada poesía. Retazos de una curiosa realidad componen esta suspicaz biografía de la cultura local. Su marcado objetivismo tiende naturalmente hacia el humor; sus observaciones, aparentemente caprichosas, actúan cáusticamente sobre la superficie aldeana. Obra conceptual, el conjunto de poemas, viñetas y cuentos, son los rastros de una épica familiar fantástica.
Este primer tomo de lo que promete ser un clásico alegre de comienzos de siglo, contiene, La sonora Relusol, narración poética que conserva la leyenda de los Gallo. Un sonoro concierto de nombres y situaciones; anotaciones inquietantes de un localismo deliberado acompañan anécdotas y referencias literarias e históricas. Prosa y verso componen una genealogía errante; un árbol sesgado, hecho de pura literatura.
El segundo libro, Ropa de cama, (versión subtitulada del trasluz original), ocupa un lugar central en la trama familiar. Concebida como un Manual para los huéspedes transitorios del Hotel La Margarita, los poemas son las predicciones leídas en las manchas de las sábanas vistas a trasluz. Esta quiromancia poética reviste la forma de un instructivo y explora los raros caprichos de la lengua cuando se la expone a situaciones epigramáticas.
Según se quiera amor o pesadumbre, los hoteles, son el territorio de la sensibilidad de Aguirre. El espacio constreñido, la situación de precariedad, convierten al hotel en el sitio de la abstracción y el recogimiento. Las consideraciones sobre la extensión de sus poemas son infinitamente menos importantes que la brevedad de las experiencias y la expiación instantánea a las que tiende su escritura. En versos de su heterónimo, Rosarito Tosco: la poesía es un ahogo, o no es.
Un análisis integral de su obra no debiera dejar de reflexionar sobre su remisión a las producciones de la cultura de masas: el cómic, el rock y el cine, como constantes intertextuales.
Los poemas del rastrojo, (Tras los rastros de un ojo mirando), son los poemas de El Pollo Gallo, y se presentan como un oblicuo memorial del cine. Su catálogo de escenas, tanto dentro como fuera de la sala, ubican al lector como un espectador exquisito en un gabinete de privilegiados; escenas artificiales hechas con fotogramas dispersos, son las referencias necesarias para espectadores insomnes. El poeta Aguirre, ha querido que este tercer libro fuera concebido por el mayor de los Gallo, dueño de la no menos inquietante agencia de tómbola, El gayo que no cesa, cuyas atribuladas ganancias son los sueños que dictan desesperados apostadores.
Como colofón la editorial 3Ramones Editores, anuncia la aparición de un segundo tomo consistente en un libraco de historietas, escrito por El Huevo Gallo, el menor de la familia, y que llevará por título el nombre de un lejano pariente que partiera junto a Manuel Belgrano en la Larga Marcha del Éxodo Jujeño, Urbano Gallo; se advierte que esta narración ilustrada, en cuidadas viñetas de ficción histórica y esmerado realismo jujeño, concluye la saga de esta ya, legendaria familia.


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Ernesto Aguirre, nació en Jujuy el 14 de junio de 1953. Su primer libro de poemas fue Historietas, (1978). Siguió, Espejo Astillado, en colaboración con Javier Soto y Saúl Solano, (1980). Luego vinieron Café de la luz, (1986); Crónicas del buen amor, (1989). Sofía in memorian, (1995); Estambul, (1999); Cuatro cartas de un puntero izquierdo, (2006); Depán Llebar (sic) (editado en la web, 2007), y El concierto de Abrán Juez, (2007).
En 1998, Reynaldo Castro, publicó El escepticismo militante: conversaciones con Ernesto Aguirre. Colaboró en diarios y revistas literarias, parte de su producción esta recogida en antologías regionales y nacionales.
Condujo, en la radio dos memorables programas: Los habitantes del sol, (Radio Nacional Jujuy 1975 – 1980) y elperroflauta (www.facebook.com/elperroflautaweb), (2011).



















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Prólogo

A la familia Gallo llegué como uno siempre llega a los momentos decisivos de su vida (nacimiento, tonada, apodo y muerte), sin que nadie se tome la molestia en pedirnos opinión o parecer al respecto. Si esta historia que aquí les cuento ustedes esperan que comience por el principio, les haría las mismas preguntas que me hice yo al  intentar comenzar por el principio: ¿El principio sería cuando yo, el testigo, llegó al barrio? ¿O el nacimiento del Sr. Gallo, jefe de familia? ¿O quizá el momento en que Pisin Gallo puso su grano criollo a masticarse en salas barriales lubricando humildemente la inmensa industria del celuloide? Podríamos seguir preguntándonos sin que encontráramos una respuesta adecuada. Si esta Obra Poética de la familia Gallo comienza con mi visita a la “Agencia  El Gayo que no cesa” –tómbola, y termina con el fallo favorable a las demandas del Cangallo, es porque así decidí yo que fuera, sin molestarme en pedirle opinión o parecer a los implicados en ella. Como si fuese la vida misma tomando decisiones. Ahora, si usted cree que la vida se equivoca, ¡proteste!, está en todo su derecho, creamé.
(La sonora Relusol)


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XVII
Mirando mirar al ojo de un apodador

-Mire… Si con mirada sola un ojo mide
espesura y consistencia
de un amor a primera vista
aceleración y consumo por kilómetro
de un amor sobre ruedas
envergaduras de alas y autonomía de vuelo
de un amor de aquí al cielo.

Usted no está mirando mirar un ojo de buen cubero, usted está mirando mirar un ojo de apodador, mi querido amigo… comosellame. Jamás equivocan el talle del que visten. La precisión alcanzada por esta gente en el funcionamiento de sus productos, a pesar, mire usted, del cotidiano manipuleo al que son sometidos… lo que despierta mi más sincera admiración, creamé, son los materiales empleados en la elaboración de un apodo. Una vez puesto, olvidesé… eterno, sin mantenimiento…
De esas cosas se ocupaba mi amigo Wayar, un vecino hace tiempo… sabía decir que la primera reacción de un nombre ante un apodo, era pedirle documentos. Jamás aceptaba haberse equivocado de pila baustismal… “Si el bautizado –así hablaba mi amigo, le juro-, si el bautizado no responde a su nombre con todo el cuerpo, permite que en esos territorios anónimos florezca el apodo con energía de evidencia. Éste, rápidamente conquista privilegios de legalidad (contesta saludos, imprime tarjetas, firma cartas, deja mensajes, hasta toma créditos a su nombre). De lo que no se hace cargo –mi amigo aquí se ponía serio-, es de la muerte del apodado. Es tan respetuosa de los reglamentos, que cuando llega, la muerte no acepta registrarse con nombre sin partida de nacimiento”.
Para terminar usaba siempre un tono solemne: “es curioso ¿no?... el que en vida tuvo por nombre un apodo, de muerto tiene un seudónimo”, y se largaba una carcajada…
“El Pollo Gallo, carajo” me decía abrazándome con cariño, “la única vez que mi vida recibió la visita de la suerte, fue cuando me trajo un amigo con apodo capicúa”.
(La sonora Relusol)


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1

Si se le viene un poema
imprevisto,
usted,
contenga la respiración

como buzo
con ganas de silbar

como nariz local
en vestuario visitante

como pulmotor
con mal aliento

contenga la respiración,
creamé,
la poesía es un ahogo,
o no es.
(Ropa de cama)


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12

Si se le viene un reflejo
imprevisto,
usted,
baje la vista, no se involucre.

Que se le parezca,
no significa que el reflejo lo estime,
no significa que lo aprecie

y no lo culpo, si me permite,
ni el más esmerilado vidrio, creamé,
justifica semejante deterioro.
(Ropa de cama)

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Perfume de mujer
(Profumo di donna. Dino Risi, 1974)

En 1824, el francés Louis Braille,
que era ciego,
desarrolló un sistema de impresión
que
se podía leer al tacto.
(Su sistema se basa en grupos de puntos en relieve
y actualmente
lo usan personas ciegas o con visión reducida
en todo el mundo).

Con la yema de los dedos
los lectores de Braille,
experimentados,
pueden distinguir letras
y
otros símbolos.

Ejemplo: la sensible mano del acariciante
lee dos puntos impresos en relieve
sobre pechos perfumados
y deletrea:
Be – lli.
(El rastrojo)

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Las noches de Cabiria
(Le notti di Cabiria. Federico Fellini, 1957)

(Aquella noche con Fellini
en el bar “5 esquinas”)
Nino Rota
silba
Un Néstor Groppa recién leído
y Federico sentencia:

“teniendo la música,
esta ciudad se filma”.
(El rastrojo)

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Familia Gallo – Obra Poética – Tomo I es la segunda publicación de la editorial independiente 3Ramones y de su colección de poesía “Árbol de lengua”. Anuncia de próxima aparición: Pensaba que aún tenía tiempo, Pablo Baca; La bragueta del almirante, Ernesto Aguirre y, Algo por el estilo, Álvaro Sebastián Cormenzana.

Los Editores
Juan Martín Otero
Alejandro Morandini
Orlando Agüero













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