viernes, 28 de enero de 2011

Soneto del Calamar

Squid Sonnet

The look you shot me, milk-blue squid of Kimmeridge,
was one of recognition.
To you, I must have seemed an ogre, the kind that mothers
warn their children of. Something in you stiffened—

and the whole wild treble-clef of you leapt five foot
clear of the water,
then vanished through the bladder-wrack. Love you as I did,
I would have been the death of you.

And so, half-honoured and half-humbled,
I went back along the beach to the obsessive clink
of fossil-hunters' hammers, and the burdened buggies,

over the bridge and up the narrow, foot-worn path
where the eyes of people coming down declined

to meet the eyes of those returning to their cars.

Annie Freud


Soneto del calamar

La mirada que me lanzaste, calamar de leche azul de Kimmeridge

fue de reconocimiento.
Debí parecerte un ogro, del cual las madres
advierten a sus hijos. Algo en ti con convicción

salvaje te hundió en un clavado de cinco brazadas

en el agua clara,

a continuación, te desvaneciste tras una melena de algas. Como aquella vez, te amo,
habiendo sido tu muerte.

Y así, un poco honrado y otro poco humillado,
regresé por la playa siguiendo el obsesivo golpe
de martillo de los colectores de fósiles, los buggies asolados

sobre el puente, subiendo por el camino estrecho, desgastado por el paso
de las personas que descienden y bajan sus ojos

para encontrarse con los ojos de aquellos que regresan a sus coches.

Annie Freud