lunes, 30 de noviembre de 2015

Los raros

Vivimos una época que siente fascinación por lo raro. Una época que vuelve sobre lo olvidado y lo inadvertido; una época que se toma muy en serio lo escaso, lo lateral, lo subjuntivo. Un momento de nuestra historia literaria que valora lo hipotético, un tiempo que finalmente goza con las probabilidades y se regodea con el imperio de lo apenas posible. La seducción que produce la historiografía en ese sentido, se parece mucho al encanto de la fosa abierta para confirmar lo obvio de los restos de Cervantes o la inútil reedición de los Evangelios Apócrifos.

En 1896, Rubén Darío publica en Buenos Aires, Los Raros, una serie de semblanzas sobre Martí, Poe y Verlaine, entre otros admirados, aparecidas primero en La Nación y luego volcadas a libro. Esa selección se afirmaba en aquellos que se oponían a cierta tradición dominante, a un canon labrado en la emergencia de la flamante burguesía parisina. La selección era una estrategia frente a la tradición, una estética que operaba por descarte, una reunión que alumbrara autores ajenos al orden.

En la actualidad hay una ausencia de tradición, o mejor dicho, hay una tradición que ya no produce efecto. Ya no se distingue una raíz, sino la multiplicidad del rizoma. Ahora es uso y costumbre lo complejo y lo diverso. Asistimos a la ausencia de una tradición literaria que nos garantice una verdad, o al menos un modo más o menos cierto de cómo encarar los asuntos literarios. ¿En la actualidad, cómo leer la siempre tan previsible literatura salteña, tan cómoda a la hora de establecer regularidades y fijar prioridades, ahora que muchos de sus preceptos huelen a metáfora muerta y su canon, si es que tamaña cosa fue posible en la aldea, es apenas la alegoría de las oportunas ambiciones, de las inquietas filiaciones y la no menos inescrupulosa, intervención estatal?

Ahora que todo es raro, llamaremos raros o libros raros a todos aquellos que la crítica ha ignorado; los vilipendiados por las estructuras legitimadoras, considerando que estas muchas veces no han sido más que el triste despacho de un ministerio, el frenesí de una cátedra o la soberbia de una mesa de amigotes sobreexcitados. También llamaremos raras a aquellas producciones desconocidas por el público no especializado o que los refritos académicos o periodísticos señalan al autor como al pasar, “al mismo tiempo y por aquella época” o con más crueldad, el categórico, “por otra parte…”.

Por su extraña belleza, por su distopía estética o intelectual, por su disonancia con la época de producción o porque sencillamente desbordan los límites del género al cual se pretendió atarlos, es que vale la pena preguntarse qué lugar o en cuál rama de la naturaleza literaria ubicar los trabajos de Salvadro Baratieri, Maíz Pérez o Sergio Teseyra. ¿Dónde ubicar las indagaciones estéticas de Hernán Ulm, Federico Cossio o Francisco Álvarez Leguizamón en su “Clave de Libertad”, o los análisis socio-historiográficos de “Poder y salteñidad” de Sonia Álvarez y de la “Historia de la gente decente” de Gregorio Caro Figueroa, por cierto, libro tantas veces barajado en tertulias o cátedras y tan pocas veces visto y consultado? ¿Dónde, “Isis o de la literatura salteña” de Roberto García Pinto o el ubicuo “Poetas y prosistas salteños” de Walter Adet?

Porque raro no sólo es lo ignorado sino también lo mal leído, así como lo consagrado y tantas veces repasado sin preguntarse demasiado si son antologías o ensayos o entusiastas ejercicios de disciplina intelectual. ¿Cómo leer aquellos títulos que no llegaron a libro y que poseen toda la potencia para ser, como la libreta o diario del capitán cubano Hermes Peña, borroneados en la campaña de la guerrilla en Orán, o las plaquetas de versos satíricos de Juan Carlos Dávalos firmadas como Quiscoloro y Motolina, o aquellos otros versos reunidos para homenajear a la luna en 1969 en una publicación limitada para consumo de poetas celebrando la llegada del hombre al satélite? ¿Cómo, aquellas novelas que son cantos al trabajo y al trabajador rebelde, porque toda literatura que se precie de tal en estas tierras se escribe con la pasión de la rebeldía, como “Derrumbe” de Espeche Cano, apenas mencionado en el manual de Adet, o el “Mi tierra” de Miguel Villanueva, donde los campesinos hablan como si fueran personajes de Máximo Gorki y sin embargo son campesinos rebeldes del sur de Salta, o el enigmático “La Cantera” de Yañez. ¿Qué cátedra prestara atención a las lúcidas novelas de Néstor Saavedra como “El señor gobernador y la insurrección” o mejor aún, porque es contemporáneo de la aventura y la zozobra heroica, su “Los guerrilleros”, o el entrañable “Las vueltas del perro”, de Santos Vergara?

La lista es larga, triste y desesperada porque a medida que uno nombra y repasa no puede dejar de pensar en la perversa manipulación que se han hecho de algunos textos, de la censura deliberada o a veces sólo activada por la ignorancia o la soberbia más que por el conocimiento que conduce y enseña. Uno no pude dejar de pensar en “Niebla en las abras” de Moisés Zevi, “Donde los hombres mueren riendo”, de Carlos Barbarán Alvarado, o los textos múltiples del polígrafo Ciro Torres López, o del desgraciado poeta Ángel Zapata; la poesía de María Angélica de la Paz LezcanoLa fiesta del tomate!- y Mercedes Clelia Sandoval; “El crimen del opa Tintila” de Pablo Fortuny, los “Falsos recuerdos” de Daniel Martín, los cuentos dispersos del Dr. Gustavo “Cuchi” Leguizamón, las novelas de Francisco Zamora y las notas dispersas en diarios de Federico Gauffín o Julio Espinoza, por cierto “El hombre de barro”, ¡qué libro tan raro! nunca consultado, nunca considerado y si se quiere, condenado al anonimato por el propio autor para beneplácito de los mediocres.

Ahora que la propia literatura suena a palabra inquietante o le sirve a alguno para ubicarse en un puesto público o sacar provecho económico de la belleza ajena, quizás valga la pena repasar todos estos escritos olvidados dejados al margen y quitados de toda centralidad ¡He ahí la consagración de lo excéntrico!

Joaquín Castellanos, tuvo su libro raro, ¿qué es sino “Cautivo”? prefiguración del poeta militante ¿y la respuesta de Dávalos para defenestrar al gobernador-poeta con su “Águila Renga”? prefiguración de la opereta y de ciertas operías político-literarias ¿fue ese el propósito de la maniobra davaliana?

Es evidente que no toda la literatura ha gozado de la luz de la atención y no todo lo escrito transita siempre la lectura consagratoria pero será necesario repasar las nóminas y desempolvar los archivos, no vaya a ser que alguno pretenda corregir al padre o inventar el cero. Habrá que trazar nuevos mapas de lecturas, no tanto con ánimo de escrutar lo incierto o lo alternativo como de vindicar belleza, porque por estos días la belleza sola también tiene necesidad de decir su verdad.

“Nos gustan los raros, los excéntricos”, parece decir la época; de ellos, de los descentrados será el reino de la crítica futura y tendrán como corona la promesa constante de la consagración. Lo anómalo, lo rebelde, el caos -oh el caos ¿cómo temerle al caos?-  nos seduce. Nos gustan los incorregibles, los inasibles. Ellos serán nuestras lecturas más íntimas, porque el lector será el protagonista de la renovada transgresión. ¡Leer ya es una transgresión! El lector futuro también querrá ser parte de lo extraordinario y de lo original, porque el lector será el nuevo maldito el más raro protagonista de la literatura por venir.


texto publicado en el periódico cultural CLAVES de la ciudad de Salta, noviembre de 2015

martes, 6 de octubre de 2015

Memoria del presente


Unión Salteña de Escritores: Textos y pensamientos de nuestros escritores

Entrevista para el archivo de la Secretaría de Cultura, Ministerio de Cultura y Turismo de Salta.


Cámaras y edición: Pablo Lihuén
Idea y realización: Julio Haro

Salta, julio 2015

miércoles, 12 de agosto de 2015

Borges inédito

JORGE LUIS BORGES
CONFERENCIA SOBRE JAMES JOYCE

1960, La Plata, Argentina.





















Señoras, señores:

El sociólogo norteamericano de ascendencia sueca Thorstein Veblen escribió un trabajo sobre la preponderancia de los judíos dentro de la cultura occidental.1 Esta preponderancia o primacía puede demostrarse estadísticamente, y Thorstein Veblen quiso indagar sus causas. Rechazó en primer término lo étnico. No creyó, negó, que hubiera una superioridad o una peculiaridad en la estirpe judía. Señaló además que los judíos están muy mezclados, que quizá no pueda hablarse de judíos puros, y encontró la razón de este fenómeno en el hecho de que los judíos, dentro de la cultura occidental, están manejando una cultura que no es la suya. Es decir, hacia la cual no deben ninguna lealtad, y dentro de la cual pueden obrar sin supersticiones y muchas veces de un modo revolucionario.
Ahora, vayamos a un problema análogo, que es el que nos interesa hoy. El caso de Irlanda, el caso de los irlandeses dentro de la cultura británica y dentro de la cultura occidental. En el siglo XIX se insistió en la diferencia entre la raza sajona y la raza celta –hay una novela de [George] Meredith titulada Celt and Saxon2–, pero luego, ahondando en el asunto, se ha visto que no se trata de una diferencia racial. En el siglo XIX se creía que todos los ingleses eran de ascendencia sajona, que ser irlandés significaba tener sangre celta; ahora se piensa que ingleses e irlandeses son racialmente heterogéneos, y es natural que sea así. Pensemos que hubo en Inglaterra una población celta, que luego la invadieron los romanos, que luego la invadieron los sajones, anglos y jutos, estos últimos venían de Dinamarca; luego tenemos las invasiones danesas, luego la invasión normanda, de escandinavos, ganados para la cultura francesa… Bueno, ya vemos que Inglaterra es bastante heterogénea. Y en cuanto a Irlanda, bastaría detenernos en algunos de los grandes nombres irlandeses para ver que muchos proceden de estirpe inglesa, de modo que no bastaría la teoría de la raza celta para explicar estas cosas. Ahora, lo que sí es indudable es que Irlanda ha dado al mundo una cifra de nombres famosos que no guarda relación con el hecho de que Irlanda es un país pequeño, pobre, no demasiado poblado. Sin embargo tenemos, ya en el siglo IX, al famoso místico Juan Escoto Erígena, y luego –no pretendo agotar el catálogo de nombres ilustres irlandeses, diré los que van acumulándose, los que se presentan a mi memoria– pensemos en Wilde, pensemos en Yeats –de quien [T.S.] Eliot ha dicho que es quizá el mayor poeta de lengua inglesa de nuestro tiempo–, pensemos en George Moore, pensemos en Bernard Shaw, pensemos en [Richard Brinsley] Sheridan, pensemos, en otro campo, en el Duque de Wellington. Es decir, abundan los nombres ilustres. Y luego pensemos también en James Joyce.

 Yo creo que la teoría, que la conjetura de Veblen podría aplicarse a los irlandeses, más allá de todo carácter racial. Y entonces podríamos decir que los irlandeses viven dentro de la cultura inglesa, manejan –a veces espléndidamente– la lengua inglesa, y sin embargo se saben no ingleses, es decir, no deben una lealtad especial a la tradición o a las tradiciones inglesas, y entonces pueden encarar lo que hacen desde un punto de vista revolucionario. Y si ustedes me permiten un paréntesis, tal es –o tal podría ser, o tal ya ha sido–, en ciertos casos, nuestra actitud de americanos. Nosotros participamos en la cultura occidental, manejamos una lengua occidental –el español– y sin embargo nos sabemos no europeos, no españoles. En todo caso nuestra historia parte de la decisión de no ser españoles, y quizá a ello se deba que la máxima revolución de las literaturas de lengua hispánica surja primero en América y luego llegue a España. Estoy pensando, evidentemente, en el modernismo, en Rubén Darío, en Jaimes Freyre y –not least– en Leopoldo Lugones.
Ahora volvamos al caso de Joyce, que es el que nos interesa hoy. No sé cuál es exactamente la ascendencia de Joyce; sé que su padre era un recaudador de impuestos, que la familia era católica –por eso Joyce fue educado por los jesuitas–, y en cuanto a la ascendencia celta sé que Joyce, contrariamente a sus compañeros de generación, no se interesó mayormente –al principio– en ella. Cuando los irlandeses estudiaban su antigua lengua celta, el eers, Joyce recordó que Dublin había sido un puerto de vikings, de vikings daneses, que en Irlanda había habido dinastías de reyes escandinavos, es decir que en la raíz de Irlanda estaba no solamente lo celta, sino lo escandinavo; y Joyce estudió noruego y le escribió, en noruego, una larga carta a aquel gran dramaturgo –que otro irlandés, Bernard Shaw, estaba imponiendo a la atención de Inglaterra–, a Henrik Ibsen. Y en el último libro de Joyce, en aquel enigmático y vertiginoso Finnegans Wake hay –nos dicen– muchas palabras escandinavas, muchos calemboures hechos con palabras escandinavas.

 Ya que conviene fijar en el tiempo a Joyce, cabe recordar estas pocas fechas. Joyce nace en Dublin en 1882, publica la obra que lo hará famoso –y escandaloso– en el mundo, el Ulises, hacia 1922. Y luego muere en 1941. La vida de Joyce transcurre lejos de Irlanda. Él mismo dice, en El retrato del artista adolescente –una novela evidentemente autobiográfica– que él se propone dejar a Irlanda y trabajar con tres armas, y esas tres armas son «el silencio, el destierro y la astucia», «silence, exile and cunning». Ahora, la obra de Joyce es una obra que más allá de nuestras preferencias o aversiones, es muy importante para nuestro tiempo. Yo participé, alguna vez, en el movimiento que se llamó Ultraísta, yo creí en la posible renovación de las letras, y si yo tuviera que señalar una obra que representara de un modo magnífico todo lo que llamamos –y lo que aún ahora sigue llamándose– moderno, esa obra sería, indudablemente, la obra de Joyce.
Es decir, hay en el mundo centenares, miles de muchachos jóvenes que están ensayando una obra que corresponde a lo que Guillaume Apollinaire llamó la «aventura», oponiéndose al «orden». Pues bien, el mejor símbolo, el mejor espejo, de esa aventura –de nuestra aventura– es notoriamente la obra de James Joyce. Quiero decir que si tuviera que perderse todo lo que se llama literatura moderna y hubiera que salvar dos libros, esos dos libros que podríamos elegir –digamos en todo el mundo– serían en primer término el Ulises, y luego el Finnegans Wake.
Joyce, desde luego, siempre se sabe irlandés, se siente profundamente irlandés. Esto es una pasión para él. Y quizá, más que irlandés, dubliner, hombre de Dublin. Cuando Joyce se hace famoso vuelve por unos días a Irlanda y luego vuelve a París y vuelve a Zürich, donde muere, quebrantado por una larga y terca labor, y ya ciego, en 1941. Martínez Estrada ha dicho que William Henry Hudson pudo dejar la República Argentina siendo joven y no volvió nunca a ella porque la llevaba consigo, no necesitaba volver. Su memoria era tan vívida como la intuición –digamos sensible– de las cosas. Y lo mismo podríamos decir de Joyce, que se llevó a Irlanda, a su Irlanda, consigo. Además, él ya dijo que el destierro era un arma. Quizá, para que él escribiera esos dos libros tan profundamente irlandeses –el Ulises y Finnegans Wake–, fue necesaria la nostalgia, fue necesario el estímulo y el acicate de la nostalgia, y esto Joyce lo supo ya que escribió aquello de «silence, exile and cunning».
Joyce empieza escribiendo un libro de cuentos cortos, Dubliners, luego hay una pieza de teatro suya que se llama, significativamente, Exiles. Todas estas obras se las lee ahora porque reflejan, porque sobre ellas cae la gloria de Ulises, sino serían –merecidamente, me parece– olvidadas. Tenemos la novela El retrato del artista adolescente, el libro más accesible de Joyce. Y luego tenemos este libro de cuentos, Dubliners, y parece que Joyce se propuso agregar un cuento a la serie, pero antes a Joyce le había interesado profundamente la evolución literaria europea. Es decir, Joyce estudió profundamente las dos grandes corrientes francesas de la época: el naturalismo, cuyo nombre máximo o más famoso es el de Zolá, y el simbolismo. El simbolismo produjo en Irlanda un gran poeta, como sabemos, el poeta Yeats. Se trata de dos escuelas opuestas. En Francia los simbolistas fueron enemigos de los naturalistas. Pero a Joyce las dos le interesaron. Y vamos a encararlas ahora, ya que esto es necesario para la comprensión de la obra de Joyce.
Veamos en primer término el naturalismo. Los naturalistas se proponían ofrecer a su lectores «les tranches de vie», tajadas de vida. Hay una frase que corre también por aquella época, y esa frase es «trascripción de la realidad». Es decir, los naturalistas –aunque alguno de ellos, especialmente Zolá, tenían una poderosa imaginación, o una imaginación visionaria– decían sólo querer «trascribir la realidad», y vamos a analizar esta frase. Desde luego, sólo se trascribe lo oral, sólo se trascribe lo que está escrito, o lo que se dice, tras-cripción. En cambio, buena parte de la realidad no es oral. De modo que ya en este programa, que parece modesto, de trascripción de la realidad, hay algo imposible. Es decir, se puede trascribir lo que una persona dice, o un escritor puede manejar un estilo escrito que se confunda, o que parezca confundirse, con el estilo oral. Pero la mayor parte de la realidad no es oral. Hay una parte de nuestra realidad que es visual, otra es olfativa, otra es táctil, otra es gustativa, y luego tenemos también la memoria, la memoria hecha de imágenes. Y tenemos las pasiones. Nada de esto puede trascribirse directamente. Sería posible trascribir la realidad si esta fuera simplemente verbal, pero es muchas otras cosas. Es memoria, y pasión, y nostalgia, y voluntad, y tantas cosas que no son palabras.
A Joyce le interesa también el simbolismo. El simbolismo quiere lo contrario del naturalismo. El simbolismo cree que nada puede expresarse, que el escritor debe proceder por sugestión y, en este sentido, el simbolismo está más cerca de las eternas tradiciones de la literatura que el naturalismo. Digamos, ¿qué son las palabras? Las palabras son símbolos, pero para que esos símbolos obren es necesario que sean símbolos compartidos. Por ejemplo, si yo hablo de la Plaza Constitución esto despierta una imagen en todos nosotros, porque la conocemos. Pero si yo les hablo de la calle Congress, en Austin, por ejemplo, esto no tiene por qué despertar ninguna imagen precisa.
Los simbolistas querían proceder por sugestión. Y la metáfora en gran parte es una sugestión. Y quizá las metáforas o las imágenes más felices son no las que declaran las cosas, sino las que las sugieren. Recuerdo en este momento una imagen de [Stéphane] Mallarmé, y es curioso que Mallarmé es simbolista, y sin embargo yo voy a citar una imagen suya que es lo contrario de simbolista, que marca demasiado las cosas, me parece. Mallarmé habla de una pareja de amantes, y entonces la llama «du blanc couple nageur», «la blanca pareja nadadora»3. Esto, desde luego, es vívido, pero al mismo tiempo es demasiado vívido. Aquí Mallarmé no fue muy simbolista. En cambio, recuerdo a un poeta del siglo XIV, [Geoffrey] Chaucer, que en Troilo y Criseida dice: «O loveres ye, that bathen in gladnesse», «Oh, amantes, que os bañáis en la alegría.»4 Y aquí la palabra «bañáis» sugiere la desnudez. La palabra «bañáis» sugiere también lo que dice de un modo demasiado explícito Mallarmé. Es decir, en este verso, aquel lejano poeta del siglo XIV fue mejor simbolista; logró, de acuerdo con las normas del simbolismo, más ciertamente que Mallarmé… Como esa imagen es tan explícita que es torpe, y que notamos en seguida las diferencias entre la natación y el abrazo, digamos.

 A Joyce le interesaban ambos métodos. Casi podríamos decir que a Joyce le interesaba todo lo que fuera literatura. Joyce no fue un pensador importante. La vida de Joyce es una vida común. Tuvo la pasión política que tuvo su época, fue conscientemente y a veces agresivamente irlandés, buscó deliberadamente modelos en Francia para no buscarlos en Inglaterra; las ideas de Joyce son ideas comunes, lo que lo diferencia de todos los hombres es su pasión literaria, es el hecho de haber entregado su vida a la literatura. Joyce había escrito el libro Dubliners, y luego pensó agregar un cuento a la serie. Y el argumento de ese cuento era un argumento asaz sencillo, o que pareció sencillo, o que le pareció sencillo a primera vista. Joyce pensó en un personaje bastante común, Leopold Bloom, un judío un poco perdido en Dublin, y en un día de ese hombre. Ahora, lo que le interesaba a Joyce es que ese hombre sabe que su mujer lo engaña, sabe que esa mujer va a engañarlo ese día. Y él tiene que cumplir con sus tareas; es un hombre de negocios, y entonces él recorre la ciudad de Dublin, conversa con diversas personas, se olvida a veces de esa preocupación, pero naturalmente esta idea de que su mujer va a engañarlo –él sabe la hora y el lugar–, está persiguiéndolo y proyecta una suerte de sombra sobre él, y luego él vuelve a su casa, él sabe lo que ha ocurrido y se duerme.
Joyce pensó dedicar un cuento a este día. Este día de fracaso, de soledad, este día de un hombre que está viviendo un destino trágico pero que no quiere confesárselo, que trata de vivir con indiferencia ese día. Entonces Joyce se dijo «voy a escribir un cuento en el cual esté ese día de Leopold Bloom desde el momento en que se despierta hasta el momento, en la alta noche, en que lo rinde el sueño». Y luego Joyce se puso a mirar ese día, y le sucedió entonces lo que le ocurrió a aquel griego remoto, Zenón de Elea, que se preguntó el problema de un móvil que tiene que partir de aquí y tiene que llegar hasta este otro extremo del pupitre, entonces Zenón se dijo «antes tiene que pasar por este punto intermedio, pero antes de pasar por este punto intermedio tiene que pasar por este, antes por este, antes por este», y así hasta lo infinito. Es decir, Zenón de Elea vio en una extensión –en cualquier extensión– el infinito. Lo mismo le pasó a Joyce. Podemos pensar en Joyce inclinándose sobre ese día de Leopold Bloom y viendo que ese día para ser registrado fielmente contenía miles de cosas. Pensemos en el número de percepciones visuales que nos acompañan desde el despertar hasta el momento de dormir. Son, ciertamente, miles. Pensemos en las percepciones táctiles, en las percepciones gustativas, pensemos simplemente lo que significa atravesar una calle o entrar en una habitación, o encontrarnos con una persona y reconocerla. Pensemos en el contexto de memorias que traen nuestros actos. Yo, por ejemplo, al venir hoy a La Plata, he pensado en las muchas veces que he venido. He pensado –y acaso momentáneamente y sin proponérmelo– en amigos míos que han muerto, he pensado en López Merino, luego he recordado versos de Almafuerte… Todo lo que cabe en un día. Joyce comprendió que si él quería cumplir con ese programa –al parecer modesto– de redactar un día humano, tendría que escribir un libro casi infinito, y Joyce dedicó muchos años –en París, en Trieste, y en la ciudad de Zürich, en Suiza, donde moriría– a la redacción de este libro.
Entre los personajes tradicionales, había uno que siempre había atraído a Joyce, y ese personaje era Ulises. Joyce lo comparó con otros personajes que viven en la memoria y en la imaginación de los hombres, con Fausto, con Don Juan, con Hércules, y todos ellos le parecieron mucho menos significativos que Ulises. Y pensó que en aquel relato de un modesto comerciante judío irlandés podría cifrarse, de algún modo, la aventura de Ulises. Creo que [William] Blake dice que todo sucede en los sesenta latidos de un minuto. Blake, en su lenguaje metafórico, habla de los alcázares de plata y de oro que hay en cada minuto humano, y Joyce pensó algo parecido. Pensó que toda la empresa de Ulises –su nostalgia, su deseo de volver a Itaca– podía estar en el día único de Leopold Bloom. Leopold Bloom también quiere volver a su Itaca, a su casa, y desea y teme encontrarse con una Penélope que no le ha sido fiel.

 Como Joyce había estudiado todas las técnicas literarias, y no estaba enteramente satisfecho con ninguna de ellas, se propuso ensayarlas y agotarlas en el Ulises. Tomó como esquema la Odisea. Es decir, cada capítulo del Ulises de Joyce corresponde a uno de los cantos, a una de las rapsodias, de la Odisea. Y además, Joyce buscó otras analogías. Por ejemplo, cada capítulo está dedicado a un órgano del cuerpo humano; en cada capítulo prima un color; cada capítulo sigue una técnica literaria distinta. Hay quienes han visto el mérito –o una de las virtudes del Ulises– en esta técnica. Yo creo que no hay mayor mérito. Creo que Joyce lo hizo simplemente para darse ánimo, para seguir escribiendo, y creo que esta es en general la función de todos los argumentos y de todos los esquemas. Lo que importa es la obra. Ahora, el esquema, el argumento, tiene la virtud de persuadir al autor de que ya tiene algo. Joyce, para emprender esa tarea gigantesca del Ulises, tenía que pensar que toda ella estaba prefigurada en la Odisea, o mejor dicho, tenía que pensar que su labor consistía en adecuar a la realidad de Dublin a principios de siglo, todas las aventuras que corre Ulises en el Mediterráneo, todas las aventuras fantásticas, con hechiceros, con cíclopes, con guerreros, con dioses. Creo que esto le sirvió simplemente como una ayuda, o como una supuesta ayuda a Joyce. Si a ustedes les interesa, toda esta especie de andamiaje del Ulises, todo ello está en un libro –oficioso, diremos– publicado por Stuart Gilbert5, que fue secretario de Joyce. Ahí tenemos analizado capítulo por capítulo el Ulises de Joyce, ahí tenemos las diversas correspondencias homéricas, ahí vemos que en tal capítulo predomina el color rojo, que en ese capítulo casi todas las metáforas están tomadas de la circulación; que en tal otro capítulo predomina el aire, que en ese capítulo las metáforas están tomadas de la respiración; que en tal capítulo predomina lo digestivo, en otro lo generativo, etcétera. Y además que hay una figura retórica que predomina en cada capítulo. Tenemos así, al final de la obra, un capítulo escrito en forma de catecismo; ahí el método naturalista está llevado a su extremo. Por ejemplo, se nos dice exactamente el ángulo desde el cual los personajes miran, ahí se nos dicen los nombres de los libros que hay en la biblioteca. Es un capítulo lleno de datos precisos. El último capítulo es el que ha influido más en toda la literatura contemporánea, y es el largo monólogo interior de la mujer de Bloom. Lo que la mujer de Bloom piensa antes de dormir.
En la Odisea, tenemos el tema de Ulises y de Telémaco. Y en el Ulises de Joyce tenemos a un personaje, Stephen Dedalus, que es él mismo, el mismo Joyce, que busca a su padre y que finalmente lo encuentra en Bloom. Dedalus es el Telémaco de esta Odisea.
¿Qué podemos decir del Ulises? Es, desde luego, una de las obras más extrañas de nuestro tiempo, pero –esto lo apunta [George] Sampson, en su Historia de la Literatura Inglesa6 tiene el defecto capital de ser ilegible. No puede leerse desde el principio hasta el fin. En cambio, abunda en frases felices. Porque el talento de Joyce era –me parece– un talento ante todo verbal. Esto lo veremos en algunos poemas que escucharemos dentro de poco. Él escribe este libro, que pretende seguir a la realidad. Yo creo que no la sigue exactamente, porque no creo que las palabras puedan seguir la realidad. Y Joyce debió sentir que no había cumplido su empresa. Porque poco después empezó a escribir el otro libro, un libro que es al Ulises lo que el Ulises es a todos los demás libros, el Finnegans Wake. Quiero decir que Ulises es más complejo que cualquier otra obra literaria, y sin embargo es límpido si lo comparamos con Finnegans Wake.

 Ulises dura un día, esto quiere decir que corresponde al pensamiento de la vigilia. Y Finnegans Wake dura una noche, esto quiere decir que corresponde al pensamiento simbólico, a los sueños de la noche. Jung habla de lo subconsciente colectivo, que en cada uno de nosotros habría una pequeña área, una superficie, que corresponde a la conciencia, y luego una suerte de esfera o de cono de sombra que corresponde a la subconsciencia, y esto estaría representado en los sueños. Hay otra diferencia, además. Hay psicólogos que dicen que nosotros vivimos sucesivamente, es decir, en toda nuestra vida consciente hay un antes, un mientras, un después. También los psicólogos se han preguntado qué cosa es el presente. Aquel filósofo inglés [Francis] Bradley dice que el presente es aquel momento en que el futuro se vuelve pasado. Es decir, nosotros no viviríamos siguiendo la corriente del tiempo, sino que iríamos avanzando contra la corriente del tiempo, nosotros iríamos hacia el manantial del tiempo, que estaría en el porvenir. Esto es lo que Unamuno ha dicho en

Nocturno el río de las horas fluye
desde su manantial que es el futuro
eterno.7

El tiempo vendría desde el futuro hacia nosotros, y nosotros avanzaríamos de cara al futuro. Según algunos psicólogos –recuerdo ahora el libro de Dunne, An experiment with time, «Un experimento con el tiempo»– nosotros no soñamos sucesivamente. Según Dunne, nosotros, al soñar, abarcaríamos una zona de tiempo hecha de pasado inmediato y de porvenir inmediato. Quiero decir que esta noche soñaremos con el día de hoy y con el día de mañana, y todo esto lo dominaremos –se trataría de una pequeña eternidad personal– desde una altura. Pero luego, como estamos acostumbrados a vivir sucesivamente, al despertar recordamos sucesivamente lo que hemos soñado. Aunque quizá el sueño fue simultáneo. Por ejemplo, al leer nuestros ojos están acostumbrados a recorrer la página de izquierda a derecha. Una de las dificultades para leer lenguas semíticas es que debemos desandar ese camino. Según ciertos psicólogos, nosotros soñamos simultáneamente, aunque luego, al armar el sueño, al recordarlo, le damos un carácter sucesivo. Entonces Joyce se propuso escribir un libro cuyo protagonista fuera un tabernero de Dublin, pero ese tabernero estaría presentado en sus sueños, no en la vigilia. El libro de Joyce, el Finnegans Wake, sería un libro simultáneo. Naturalmente, nosotros no podemos leerlo simultáneamente, estamos condenados a leerlo sucesivamente: leemos en primer término la página 1, la 2, la 3… salvo que nunca llegamos a la página 3, porque hemos quedado en la primera página, generalmente, dada la dificultad del texto. Joyce dijo que este libro debía leerse y que luego uno podría verlo simultáneamente. No sé si la atención humana es capaz de todo esto.
Joyce –ya que se movía en el mundo de los sueños, en un mundo de sugestiones infinitas, en un mundo que según él comprende también lo inconsciente– no pudo contentarse con el lenguaje común, y entonces resolvió escribir todo un libro hecho de neologismos. Veamos ahora cuál es el mecanismo de esos neologismos. Voy a empezar con algún ejemplo en español que aclarará estas cosas. Este ejemplo pertenece a Marcelo del Mazo, autor de aquel «Tríptico del tango», amigo de Evaristo Carriego. Había en Buenos Aires orquestas de zíngaros –es decir de gitanos–, y alguien habló de una confitería en que tocaba una orquesta de zíngaros, y preguntó si realmente eran zíngaros. Entonces Marcelo del Mazo dijo «Bueno, zíngaros no, gríngaros, diremos» [ríe]. Es decir «gringos que hacen de zíngaros». Veamos esta palabra en que se unen dos: «gringos» más «zíngaros», «gríngaros».
Veamos un ejemplo de Laforgue, un poeta simbolista. Laforgue habla de «violupté». Tenemos la idea de «voluptuosidad», «volupté», y de «viol», «violación», está dado en una sola palabra. Y hay otro ejemplo. Una negación de la eternidad, una broma hecha a la eternidad por Jules Laforgue. Laforgue habla no de «éternité», sino de «éternullité» [ríe], la «eternulidad», en que se niegan las dos cosas.
Joyce concibió el propósito –y desgraciadamente lo llevó a cabo– de escribir un libro de 300 páginas8 en el cual todos los sustantivos, todos los adjetivos y todos los verbos vienen a ser así centauros de dos palabras. Por ejemplo, en inglés tenemos la palabra «noise», «ruido», la palabra «voice», «voz», entonces él dice «voise»9 para unir la idea de «ruido» y de «voz». O si no, en inglés tenemos «the english language», pero también la palabra «jingle», «sonsonete», y «jangle» que es hacer sonar unas llaves, o unos metales. Entonces Joyce, en lugar de «english language», habla de «jinglish janglage».10
A veces los efectos son muy curiosos. Por ejemplo habla de «glittergates of elfinbone».11 «Glitter» es brillo, «glittergates» nos da en una sola palabra la imagen de «puertas resplandecientes». Y ahora veamos lo de «elfinbone». En alemán, hay la palabra «Elfenbein», que significa marfil. «Elfenbein» podría interpretarse como «huesos de elfo», pero naturalmente la etimología no es esa, la etimología es de «Elefantenbag», «hueso de elefante», por el marfil de los colmillos. Y Joyce toma esa palabra y la traduce y nos da «elfinbone». En lugar de marfil, «hueso de elfo», como si los esqueletos de los elfos fueran de marfil.
Voy a recordar otro ejemplo. Habla de […] comparar la noche con un río. No es una idea mayormente original. Sin embargo, veremos lo que hace Joyce con esto. Se habla de «la noche que fluye». Y Joyce habla de «the rivering waters of». «Las aguas», y luego tenemos «rivering» que es un participio hecho de «river», de «río». «The rivering waters of, the hitherandthithering waters of». «Hither and thither» es «acá y allá», «acá y acullá». Pero «hitherandthithering» es un verbo que nos da la idea de un movimiento, de muchas direcciones. Y así Joyce escribe el final de uno de los capítulos de Finnegans Wake. «The rivering waters of», «the hitherandthithering waters of». «Night», después que resuelve lo anterior.12
Todo esto es verbalmente espléndido. Pero no sé si esto cumple la empresa acaso humanamente imposible que se impuso Joyce. Virginia Woolf ha encontrado quizá la mejor definición de Ulises y del Finnegans Wake, dice que se trata «terribles derrotas», de «gloriosas derrotas». Creo que así debemos verlas. Es decir, no creo que pueda irse más allá. Se trata de una suerte de reducción al absurdo –de reductio ad absurdum– de la máxima ambición literaria. Croce dijo que la literatura, que el arte, es expresión. Pues bien, Joyce se propuso expresar. Todo escritor cuenta con una parte muerta del lenguaje. Todos nosotros sabemos que decir «Fulano entró en una habitación», «Fulano salió a la calle», esto no es realmente expresar nada, esto es sugerir al lector una posibilidad de imágenes que no le damos. En cambio Joyce quiso expresar continuamente. En este juego de palabras compuestas de Finnegans Wake una de las dificultades estriba en que a Joyce no le bastó combinar palabras inglesas, sino que combinó sus monstruos verbales con voces inglesas, noruegas, celtas, francesas, griegas, españolas, sánscritas… Esto hace del libro una suerte de laberinto.

Ahora, ¿qué perdura de la obra de Joyce? Yo creo que en primer término tenemos el ejemplo moral, el haber acometido una obra así, aunque esa obra no resulte victoriosa, no podía ser victoriosa. Y luego, en segundo término, y quizá esto es lo más importante, tenemos el extraordinario talento verbal de Joyce. Por eso Joyce no puede ser juzgado en una traducción. Joyce revisó y colaboró en la versión francesa del Ulises. Sin embargo, si comparamos esta versión con la inglesa, veremos que es muy deficiente. Por ejemplo, tenemos algo así como las «spectrales bougies», en la versión francesa, en cambio en inglés tenemos esta palabra compuesta, extraordinaria, «ghostcandle»,13 en que está «ghost», «espectro», y «candle», «vela», pero todo esto forma una sola palabra.

 Joyce empezó escribiendo poemas. Estos poemas son realmente extraordinarios. Es una lástima que Joyce –que tomó significativamente el nombre de Dedalus– se dedicara a construir laberintos, a construir vastos laberintos en los que él mismo se perdió, y en los que sus lectores se pierden. Pero ahora, ya que ningún juicio sobre un poeta puede equivaler a la audición inmediata –a la respiración de los versos– de un poeta, yo les pido a ustedes que escuchen dos poemas. El primero es un poema bastante breve que está simplemente hecho de melancolía, hecho de desesperación –quizá no haya mejores elementos para hacer un poema–, que se llama «She Weeps over Rahoon».14

«She Weeps over Rahoon»
Rain on Rahoon falls softly, softly falling
Where my dark lover lies.

Aquí yo querría […] qué lindo es «Where my dark lover lies», «Donde yace mi oscuro amante». Oscuro porque está bajo tierra, porque está perdido, porque está muerto.

Sad is his voice that calls me, sadly calling
At grey moonrise.

«Moonrise», en lugar de «sunrise». Y el «gris», que está en todo el poema, como van a ver ustedes.

Love, hear thou
How soft, how sad his voice is ever calling,
Ever unanswered, and the dark rain falling,
Then as now.

Dark too our hearts, O love, shall lie and cold
As his sad heart has lain
Under the moongrey nettles, the black mould
And muttering rain.

«Susurrante lluvia», «balbuceante lluvia».
Ahora, el otro poema, que como invención… porque este, simplemente extraordinario –me parece– como sonido, como música verbal, aunque desde luego ya es mucho que un poema tenga esa música verbal. Y ahora vamos a ver el otro poema, que es el de la visión.15

I hear an army charging upon the land,
And the thunder of horses plunging, foam about their knees:
Arrogant, in black armour, behind them stand,
Disdaining the reins, with fluttering whips, the charioteers.

They cry unto the night their battle-name:

Este verso es uno de los más extraordinarios, me parece. «They cry unto the night their battle-name», y esta es parte de la fuerza que tienen estas palabras compuestas.

They cry unto the night their battle-name:
I moan in sleep when I hear afar their whirling laughter.
They cleave the gloom of dreams, a blinding flame,

Claro, «están hendiendo la penumbra de los sueños».

Clanging, clanging upon the heart as upon an anvil.

They come shaking in triumph their long, green hair:
They come out of the sea and run shouting by the shore.
My heart, have you no wisdom thus to despair?
My love, my love, my love, why have you left me alone?

Yo querría agregar algunas palabras sobre este poema. Este poema empieza siendo un sueño. El poeta sueña o tiene una visión de ejércitos homéricos o celtas, o mejor dicho, ambas cosas a la vez, que surgen del mar. «I hear an army charging upon the land.» Estos son ejércitos muy antiguos, porque se trata de guerreros que están en carros de batalla. Entonces ellos gritan a la noche sus nombres de batalla, y llenan la tierra. Y se trata de ejércitos de dioses, de divinidades homéricas o celtas. Surgen desde el fondo del mar y llenan la tierra, agitan su larga cabellera verde, para que entendamos que son divinidades marítimas, y luego golpean sobre el corazón «as upon an anvil», «como sobre un yunque». Y luego debemos entender que en lo que corresponde a los dos últimos versos, el poeta se despierta. Entonces vemos que todo este esplendor, y todo este horror de ejércitos –que surgen del mar y que invaden la tierra, y que gritan sus nombres de batalla, y que el poeta compara con una llama que lo deja ciego– son simplemente una especie de vasta metáfora de la desolación en que lo ha dejado una mujer que no lo quiere. Es decir, todo el principio del poema está lleno del tumulto visionario de estos ejércitos, y luego al final hay simplemente una pregunta como de niño, como de niño perdido, diciéndole a la amada que por qué lo ha dejado.

Esto es lo que yo quería decir.






















Notas
1 «La preeminencia intelectual de los judíos en la Europa moderna» (1919).
2 Publicada en 1910.
3 Poesías (1887), «Le guignon» («El infortunio»).
4 Troilus and Criseyde, I (1385).
5 James Joyce's Ulysses: A Study (1930).
6 The Concise Cambridge History of English Literature (1940).
7 «Soneto LXXXVIII. Rima descriptiva», en Rosario de sonetos líricos (1911). El original no dice «futuro», sino «mañana».
8 La primera edición sobrepasa las 600 páginas.
9 Finnegans Wake, I, 1.
10 Ídem, II, 3.
11 Ídem, II, 1.
12 La frase textual es: «Beside the rivering waters of, hitherandthithering waters of. Night!» Ídem, I, 8.
13 Ulises, I, 1.
14 Escrito en 1913, aparece en el volumen Pomes Penyeach.
15 En Chamber Music, XXXVI.

Bibliografía de James Joyce
1907: Chamber Music («Música de cámara»)
1914: Dubliners («Dublineses»)
1916: A Portrait of the Artist as a Young Man («El retrato del artista adolescente»)
1918: Exiles («Exilios»)
1922: Ulysses («Ulises»)
1927: Pomes Penyeach («Poemas a penique»)
1939: Finnegans Wake («El velatorio de Finnegan» o «El despertar de Finnegan»)






Edición establecida por Sali Gutierrez



lunes, 10 de agosto de 2015

Tweets II


LA ESPECIE HUMANA

G. Guerber







Sobre el amigo Guerber sólo voy a repetir lo que dijo
Juan María Gutiérrez del Gral. Urquiza: 
«Imitemos su abnegación y realicemos sus consejos».
–Alejandro Morandini

One of main characteristics of Guerber is imminence.
–Bob Chow




DESASOSIEGO

I

¿Dónde está el paisaje?
Recuerda que para las palmeras
el paisaje somos nosotros.

Es nuestra obligación eliminar a toda gaviota
y a toda paloma
por sobre la línea del horizonte,
queridos amigos.

Recuerda que sólo eres especial
para la tía Nelly.

Son las invernales vaquitas de San Antonio
de nuestra pampa piamontesa.

Al volante de mi Peugeot
por los campos de batalla del norte uruguayo.
Calefacción al máximo. 500 km.
Si eso no es la felicidad
entonces díganme lo que es
la felicidad.

El cielo era gris y los álamos estaban pelados.
Ondulación del paisaje.
Sonidos de tiros lejanos.

Me transmite la misma sensación de fealdad
que la visión de una paloma blanca
aplastada en la ruta.

Y para cuando se apague el sol,
¿qué miraremos en el horizonte?
El humo de las batallas.
Y ninguna gaviota.

No, no, ninguna gaviota.

Un oasis de horror
en medio de un desierto
de aburrimiento.

Ya no nos quedará ni el paisaje.




























II

Un telescopio refractor
montado dentro de
un telescopio reflector.

También nos hemos olvidado
de los nombres de los astronautas.

Con los tapones de siliconas para los oídos
es posible escuchar los sonidos que escuchan
los astronautas en el espacio interestelar.

Esto es:
los sonidos del propio cerebro.

Zumbidos en la parte superior,
zumbidos en la parte inferior,
voces en las partes laterales.

El gran elefante triunfal.

Con lo que:
En el interior de todo gran animal
se esconde una máquina prodigiosa.


III

Dejaré de viajar
pues cada vez que entro a un avión
me contagio una peste de poca monta.

Y porque cada vez viaja en avión
gente más fea.

Algunas de mis partes
no consiguieron superar
la barrera del sonido.

Recuerda que también
puedes ver más lejos
parado en una montaña de mierda,
pequeño saltamontes.


IV

Amigos! Amigos!
Por qué me han abandonado?

Me convertiré en el Señor Emoji
y arrojaré mi computadora portátil
por la ventanilla trasera.

Como en los sueños,
detrás del emoji que nos mira
no hay nadie.

Oh, imagina las grandes anécdotas
de un jugador de ajedrez.
Oh, casualidad, también tengo un amigo
que es dentista y cazador.

El pensamiento está muy sobrevalorado,
queridos amigos.
Leer un libro está muy sobrevalorado,
queridos amigos.

La gente anda diciendo que
tú y yo
estamos locos,
Chaparrón.

Llevo en mí el aburrimiento
del millonario en una carrera de caballos.

¿Por qué debería traicionar a diez mil
generaciones de antepasados
transformándome al veganismo?

Conozco el alma de la mujer
más que a mí mismo,
queridos amigos.



SESIÓN DE SNUFF CON MOTOSIERRAS























I

Categoría: Gente fea y sucia.
Se percibía el mismo olor que en una pelea de jabalíes.
Próxima performance:
Práctica de la coprofagia en espacios públicos.

Hay mucho talento allí. Pero no
con estas focas lésbicopunkitas
rodeadas de carteles en papel afiche.

Próxima actividad artística:
cinco gordas cagando en el pasillo.
Quien nace con los dos sexos
no tiene ninguna necesidad de salir de casa.

Hay una mujer sentada en una mesa de la derecha
que tendrá una enorme historia para contarles a sus nietos.
Así parece. Dicen estos muchachitos
que la libertad es irrestricta.

La fealdad NO es el punto más alto
al que puede acceder la experiencia humana.
Nunca dejarán de dar asco.

Intentarán hacerte creer que el Arte
es la destrucción del Arte
por todos los medios, pequeño saltamontes.

Tirate de un décimo piso y decime
si no existen las leyes, pequeño estúpido.
Sólo tengo para ofrecerles
diez toneladas de odio, queridos amigos.



















This is my chaira and you are my friends


II

Vengo a proponerles un sueño:
un país habitado
por 40 millones de teletubbies
con capacidades diferentes.
El teletubbie es muy
de votarle a la izquierda.

Claro que soy reaccionario.
Mirá lo que son los otros.
Oh, oh, cierto que tú eres guerrillerito,
pequeño estúpido.
Oh, Montonerito estúpido,
¿no has probado con autoeliminarte?

Oh, my friends, welcome to the land of future!

Oh, queridos amigos,
cuánto detesto a la izquierda y a la derecha!
La derecha es estúpida pero la izquierda es más estúpida.
La derecha cree que es inteligente
y la izquierda cree que es más inteligente.
Ambos están completamente equivocados.

Sin embargo: es más abominable
la izquierda que la derecha
por una cuestión de autoestima
colocada en el lugar equivocado.
Pues el derechista es estúpido
pero no reniega de su propia estupidez.

En cambio el izquierdista insiste
en su condición de iluminado, pequeño estúpido.

Dicho lo cual volveré a insistir en la importancia
del voto en blanco, queridos amigos.

Si apuestas por la corrección
no vuelvas a escribirme
pues te arrancaré la cabellera
con una máquina de pelar chanchos.
Al enemigo hay que pisoteare la cabeza
hasta que pida perdón.

Y tú qué opinas de la matanza de la plaza de Tiananmen?
Yo ya lo sé, pero cuéntale a tu gente, pequeño estúpido.
Háblales de los torturadores buenos y de los torturadores malos.
Cuéntales de los que mutilan miembros en nombre de la libertad.
Diles que un gran país se construye
cortando lenguas y arrancando ojos.

Ok, tú también amas a tu pueblo en cámara lenta.

Es una pena enorme que los comunistas
hayan desprestigiado dos herramientas tan maravillosas
como el martillo y la hoz.
La hoz, como la motosierra, invita a la mutilación.
(También tenemos otro que ha desprestigiado la mutilación)

Se viene el populismo de derecha, queridos amigos.
Que es exactamente igual al populismo de izquierda.
Pero con perfume italiano.

Bueno, es preferible venerar a un cajón de manzanas.


III

Un par de psicópatas
de género indefinido
me están acosando
y ya verán
lo que es un psicópata.

Mirá si le voy a temer
a un psicópata anónimo:
me lo como en cubitos
con un caldo Knorr.

Te cocinaré en fetas,
psicopatita.


IV

Por qué escribes como si tus comentarios
le interesaran a alguien, pequeño saltamontes?

Tienes que saber esto:
nada de lo que escribas nos interesa, pequeñín.

Rata inmunda.

Igual: tus opiniones me importan un carajo.

Y tú no has probado con tener un poquito de talento?

Abrázate a una bomba termonuclear
y muestra que eres capaz de sobrevivir a su impacto,
pequeño estúpido.

Hermosa noche para ver un western.



LA GRAN ENCICLOPEDIA DEL DESQUICIO HUMANO


















I

Les recuerdo que nuestra primera presidente mujer
ha sido olvidada en el exilio.
Les recuerdo que esto también
fue un triunfo de nuestra democracia.

Además es la última persona viva
que le conoció la pinga al General. Respect.
Oh, gloria eterna
a la infanta olvidada en el exilio.

Así es. Las grandes leyendas femeninas
que forjó la derecha
me queman el coco.

Durante la siesta soñé
que hacíamos el amor con Margaret Thatcher
y que a nuestros mellizos los bautizábamos
Malvino y Soledón.

Remember that,
Shakespeare lives in Falkland Islands.

Yo uso el método de hablarles de espaldas.

Funciona.


II

Cada vez que vengo al pueblo
pregunto por toda la gente que ha muerto:
Mucha:
Después contamos anécdotas sobre los involucrados.

Muéstranos cómo vuelas
por tus propios medios,
hombre libre.

Ese camina sobre las aguas ajenas.

Muéstranos cómo harás
para sobrevivir a la extinción
del Sistema Solar,
hombrecito libre y bondadoso.


III

He visto a mi ejército salir derrotado
de los mejores campos de batalla del mundo.
Vean cómo terminaron los inventores de la democracia.

Tengo el hastío de las derrotas invernales
de un director técnico medio pelo tomando mate
en un estadio vacío.

¿No perdió nadie?
En este país nadie pierde una elección.

La derrota es buena.
La que no es buena es la derrota digna.
Competir contra la nada misma y ser derrotados.
He allí nuestro arte.

Cuéntate una vez más esa historia en la que los débiles
vencen a los poderosos, pequeño estúpido.

Ese es el enemigo.
Sick and destroyed.
Seek and destroy.

Empalados en cámara lenta:
La historia de nuestros triunfos deportivos.
Qué tristeza. Nos han derrotado.

Cuántas guerras he perdido
por quedarme durmiendo,
queridos amigos.

Amigos: uno está en la guerra
y al frente un ejército de un millón de soldados.
Imposible elegir a quien tirarle.

Así se pierde una batalla.

Hay que tirar sin meditar.
He allí la estrategia del triunfo.
He allí la gran derrota
de todo sistema filosófico.

No podrían alegrarme más
estas estrepitosas derrotas de las estadísticas.
Larga vida al percentil 95%

¿Y nuestras derrotas? Dominamos al mundo
durante 80 años con nuestras derrotas.

La diferencia abrumadora entre
los países cuyas banderas homenajean al día
y los países cuyas banderas homenajean a la noche.
Esto es: la diferencia entre los miserables y los victoriosos.

A la estupidez se la derrota con más estupidez, queridos amigos.


IV

En las escuelas de actuación de esta parte del mundo
se invierten cinco años enseñando
a poner la cara de vaca mirando el tren.

El actor/actriz vaca supone
que cada espectador tiene un supositorio de hielo
que crea empatía con esa mirada.

Si habla mirando al horizonte
golpéale con un objeto compacto,
pequeño saltamontes.

No espere más que cobardía de toda esta gentuza, amigo.

Lo que los jovencitos estúpidos ignoran es que los viejos como yo
sabemos cómo cargar y disparar armas de largo alcance.

Anoche, por ejemplo, el jovencito con pinta de actor
que preparaba mi hamburguesa
trató de tomarme el pelo. Pobrecito.
Hay que defenderse de la juventud, queridos amigos.

Alcanza para mi orgullo con ser un viejo
que sabe usar muy bien la sierra eléctrica.

Ok Ok, usted es una persona de acción
y yo soy una persona de reacción.
Ok Ok, sigue cocinando mi hamburguesa
con queso y pimienta dijon.
Ok Ok, jovencito estúpido,
continúa corriendo en zig zag.

Este viejo miserable los detesta con toda la furia.


V

Estados Unidos de América
fue lo mejor que le pasó a occidente
en 2500 años de historia,
queridos amigos.

Oh, amiga Calamity Jane
oh, amigo Wild Bill Hickok
en vuestros nombres construiré un imperio.

Admiróse un portugués
de ver que en su tierna infancia
todos los niños en Francia
supiesen hablar francés.

Lo que nos prueba que el francés
es un idioma sobrevalorado.
Me pasó lo mismo que al portugués
escuchando hablar en un acento perfecto
a las criaturas de California.



UN HÉROE DE LOS QUE YA NO QUEDAN

















Cómo ejecutar un penal, parte 1

I

Largamente hemos observado a la mosca
y no podemos imitar sus movimientos.
Picados y contagiados por organismos
que se mueven en tres dimensiones.
Y la peste moviéndose a la velocidad del paso humano.
Tres dimensiones espaciales y una dimensión temporal
empestadas por nuestro largo paso.
Recuerde que un animal capaz de moverse
en tres dimensiones siempre es superior
a un animal capaz de moverse en dos.
El mejor de todos los viajes consiste
en no salir de la cama, pequeño saltamontes.
Y todo lo que hacemos en la vida
lo hacemos para dormir mejor.

Hoy cambié una lamparita del auto y ese hecho insignificante
fue lo más valioso que hice en los últimos 35 años.
Y durante diez días y diez noches
dormí del lado de adentro de una estufa apagada.
La semana que viene iré por la cisterna
que pierde agua desde el año 1977.
También tengo una versión del Martín Fierro
escrito a escupitajos sobre las brasas.
Ah, lo lindo que es dormir adentro del ropero.
Mi máxima aspiración consiste
en agregarle una nueva letra al alfabeto.
Es una letra sin nombre que va después de la H.
Qué lindo que es dormir en un país extranjero,

queridos amigos.


II

En el viejo Frigorífico Anglo de Fray Bentos
supe pasar varios cumpleaños solitarios.
El Frigorífico Anglo de Fray Bentos
es el lugar más W.G. Sebald
de todo el territorio sudamericano.
Al de Gualeguaychú no lo conozco.
Ya pasaré por allí.

Yo, ehem,
yo, este...
yo me quiero balear las partes bajas.

Al glorioso inventor de la cafetera parlante
oriundo de Las Varillas.
Lo mejor que dio Córdoba
en los últimos 25 años
fue Marquitos Castagno,
legendario inventor
de la cafetera parlante.
(Sólo para entendidos.)

El inventor de la cafetera parlante.

Tuve un alumno de estadística
que trabajaba para las casas de apuestas chinas.
Su misión: pasar datos de campeonatos
de fútbol femenino.

Y esa sensación de venganza
será mi propia victoria electoral.

Compré cinco kilos de pasta de campeón.
Cinco kilogramos le acabo de decir.

¿Ya le dije que nadie me igualaba
en salto con garrocha?

Pregunte en Las Varillas.
Pregunte a los hermanos Alessandria.
Un héroe de los que ya no quedan.

Registro: 1,80 metros.
Dos metros por debajo
de la gran gloria local.

Desde el año 1951 vengo seduciendo
a las mejores potrancas
que habitan el campo argentino.


III

Nací un lunes por la madrugada.
Soy O RH Negativo.
Seis veces fui abandonado por una mujer.
Al séptimo día descansé.
Al tercer día resucité de entre los muertos
del Club Atlético Talleres.
Cinco veces tiré afuera el penal
que decidía un campeonato.

Fracasé en todos los intentos.
Esto es: vencí.
Y haré furor en las cervecerías del siglo XVII.

Los poetas son muy mentirosos.

¿Y por qué motivo debería tolerar un blanco caucásico
que no le digan blanco?
Andá a explicarle a una máquina
que el negro no es negro y que el japonés no es japonés.
Oh, si tuviera un robot que me fuera a buscar el whisky.

Los odio a todos.



BIENVENIDOS A LA FIESTA DE LA INTELIGENCIA


















































Cómo ejecutar un penal, parte 2

I

La buena puntería
es una de las pocas virtudes
de las que puedo jactarme.

Welcome to Guerber Milwaukee Shooting Range.
La cura de todos los desórdenes psicológicos.

Gané la Lotería once veces,
y por cada vez
me fue arrancado un dedo.

Todo esto nos demuestra que la pasión
no sirve para nada, queridos amigos.


Bienvenidos al sorteo de la quiniela nocturna.























Nosotros, los representantes
del espacio sideral, reunidos
en asamblea general constituyente




















por voluntad y elección
de las provincias que la componen























ordenamos, decretamos y establecemos esta Constitución para la Nación Argentina


II

... reunido en Asamblea General Constituyente
por voluntad del Pueblo Argentino

esto es: por mí mismo

inventor del óculotronic
inventor de la guillotina dentada
inventor del sexo bidimensional

absolutamente desconocido
por siete mil millones de personas
escupido, criticado, y vuelto a escupir

redacto esta Constitución
para el bienestar del pueblo
de la Nueva Nación Argentina

háganse dar





























Foto tomada por una gárgola llamada López Rega


III

Observad cómo fluye el dinero
hacia manos ajenas, pequeño saltamontes.

Hoy cumpliría 50 años chimpancé Silvio,
legendario habitante del zoo de Córdoba,
el único candidato como la gente
en 32 años de democracia.

Silvio The Chimp was my friend.
Sí, una vez escuché esas historias
del mono Silvio con la Srta. Licenciada.

La esperanza y el optimismo
nos están haciendo mierda, compatriotas.
Votar atrasa 150 años.

Hijos de puta: han destruido a mi país.
Mirá si voy a tolerar al que piensa distinto.
La traición política es hermosa.
Ojalá pasara Atila y no volviese a crecer el pasto.

Háblame, oh Musa, de aquél manco de multiforme ingenio.
Habla Scioli y un gliptodonte
mastica un trébol de la buena suerte
y de la esperanza
y de la ilusión.
Esto ocurre cinco glaciaciones atrás.

¿Cómo se crucifica a cuatro mancos
de manera simultánea?
Usando una cruz esvástica.

¿Nunca tendremos a un presidente héroe de la guerra?
No.

La pérdida del brazo cuenta como hazaña
si se produce durante el combate.
De lo contrario cualquier candidato
puede cortarse un brazo
para pelear en iguales condiciones de lástima ajena.

¿Dónde perdió el brazo?
Adentro de la licuadora. Etcétera.
Macho es el que pierde un brazo y no se hace el manco.
Acá cuanto menos miembros tengas
aumentan tus chances de ser electo presidente.

Amigos: no sé lo que es la pobreza
así como tampoco sé lo que es un unicornio azul.
Merecemos tener un presidente sin cabeza.

Les recuerdo que João Gilberto se negó a tocar la guitarra
en una fiesta privada con Sartre y Beauvoir.
Por lo demás: tocar para cuatro pelotudos
que tararean las canciones y mueven la cabeza
debe ser el punto más deplorable en la vida de todo músico.

Recuerda que (aunque los poderosos insistan)
ser pobre no es el punto más alto que puede alcanzar
la experiencia humana, pequeño saltamontes.
Lo peor que puede hacer un presidente es aburrir a las minorías.
Amigos: siempre que me han encuestado he mentido.

Yo seré nuestro primer presidente circuncidado.
Se gobierna mirando desde arriba y con un látigo en la mano.
«Ideología» es el nombre que le puse
a mi motosierra Stihl de cinco velocidades.
Tentaciones para la gran motosierra nórdica.


IV

Seguro te dicen que perfectos somos todos.
Pero mienten, queridos amigos.

Yo no quiero comunicarme
con un lenguaje así.
No quisiera habitar yo
un universo inclusivo.

Hay que volver a leer
los diarios del año 1954.

Experimentos nucleares:
nunca debimos abandonarlos.
Viajes a la Luna: tampoco.

Construir ciudades
en el fondo del mar.
Etcétera.


V

El primer muerto,
el que inaugura el combate,
pobre tipo.

En cuanto a mí:
bueno, antes de partir hacia la guerra de Corea
me casé con una nativa de Cincinnati
igualita al perro Pluto.

Pagaría por soñar
todas las noches
que estoy en la guerra.

Comenzarán a quemar personas en la vía pública.
Diseminarán pestes por todo el orbe.
Todo por el bien de la literatura.

Estallarán mil guerras para que surjan
mil escritores geniales.
El buen arte como corolario de las grandes guerras.

... the painful cost of victory…

Llegados a este punto:
La RAE es más terrorífica que ISIS.
¿Y tú qué harás, Torquemada,
cuando ya no queden herejes?

Insisten con la distancia geográfica
como si lo mejor fuera
lo que está más cerca.



PERRO EN EL TECHO ENANO EN EL JARDÍN

























Y porque si pobservan bien hay una silueta de un hombre enrollada hacia atrás con la cabeza aulladora cerca de la parte central

I

Pequeña odisea ayer
para cruzar frontera hacia Uruguay
con microondas regalo de padres.
Me dieron permiso por un año.
En 2016 debo sacarlo.

Es decir que en 2016
deberé cruzar nuevamente la frontera
con un microondas.
Y así hasta el infinito.

Trece años viviendo en un país
que me obliga a cruzar anualmente la frontera
con un microondas.
Por los siglos de los siglos.

Otra posibilidad es viajar por el resto de los días
con un microondas en el asiento delantero.

La próxima vez que cruce la frontera

llevaré una cabeza dentro del microondas.


II

Mañana partiré rumbo a Botucatu,
estado de São Paulo.
El nombre proviene de Ybytu katu,
que en tupí significa «Buenos Aires».

Huyan por siempre, veganos.

Carajo, estaré fuera de Uruguay,
si no con mucho gusto me arrimaba
a invitarte unos whiskys.

Agarren una pala, hijos de puta.

Gedankenexperiment! Gedankenexperiment!

Los amigos envían fotos
de preparaciones de chicharrón,
morcilla, chorizo seco y chorizo de cune
para que nunca olvide a la patria piamontesa.

Entretanto, en las serranías del Brasil profundo
he comido una pizza con catupiry
como en los tiempos en que era joven y creía en el futuro.

Y tú también practicas la lujuria contigo mismo?
Oh, mis medias oscuras salpicadas de lavandina.
Oh, el respiradero con rendijas descendentes
por el que soy espiado en el baño de un hotel brasilero.


III

Bajo los inodoros
En los bidets
Sobre los duchas
En los placares
Hay micrófonos.

¿Qué es un micrófono, queridos amigos,
sino una máquina de producir desvaríos?
¿Ah?

Háblale al bidet y dile que lo amas,
pequeño saltamontes.
Seguramente la flatulencia crónica
tenga alguna utilidad.

La realeza española nunca conoció el bidet.
El abominable hombre de las nieves nunca conoció el bidet.
Larga vida al bidet portátil
de sincronización mental asistida.

¿Por qué en USA no existe el bidet?
¿No es ese el único punto débil de este maravilloso imperio?

Vive. Fue quien trajo el bidet a las costas californianas.
Fracasó. Mil veces fue enterrado bajo la cálida arena.

Con el bidet se come.
Con el bidet se cura.
Con el bidet se educa.
Yo soy yo
y mi circuncisión
y mi bidet tornasolado.


IV

Yo soy un hombre sincero
de donde crece la escarcha.

Inclúyanme del lado de las máquinas,
queridos amigos.

Empálenme
si vuelvo a usar cancanes.

Álvar Núñez Cabeza de Vaca y Darwin
eran la misma persona.

Álvar Núñez Cabeza de Vaca, Darwin y yo
somos la misma persona.


V

Me reproduje a mí mismo
en diez millones de clones
que se fugaron por el inodoro de un piso 22.

Hablé con mis propios espermatozoides
en un lenguaje celestial.
Fui feliz.
Fui muy feliz.
Pero ya no recuerdo de qué se trataba.

Entonces dije a mis espermatozoides:
Todos ustedes son mis hijos.
Vayan y conquisten el mundo.
Nunca retrocedan.
Sean felices.

Y luego procedí a tirar la cadena.

Recuerde que no hay ninguna contradicción
en ser humano
y aborrecer
a la especie humana.

Ya todos conocemos el final:
ganan las cucarachas.



Notas

—La edición corrió a cargo de S. Sali Gutiérrez.


—Imágenes (por orden de aparición):
–William Makepeace Thackeray, «Violin-playing skeleton from a hangman's noose» (1875)
–Auguste Rodin, «La Main de Dieu» (1896) -no dsiponible en esta versión-
–GG, «Venus y Júpiter sobre paisaje cordobés con palmeras» (2015) -no disponible en esta versión-
–Charles-François Ribart, «L'elephant triomphal, grand kiosque a la gloire du roi» (1758)
–De la colección Neuen Bildergallerie für die Jugend, n. 118 (1828-1831)
–GG, «This is my chaira and you are my friends» (2015)
–John Kenn Mortensen, de la colección Sticky Monsters (2002)
–Presidente María Estela Martínez de Perón sale al balcón de la Casa Rosada (1974) -no disponible en esta versión-
–Soldados rusos en las escalinatas de la Cancillería del Reich (mayo de 1945) -no disponible en esta versión-
–GG, «Mientras tanto, la tierra que vio cabalgar a los pieles rojas vista desde arriba» (2015) -no disponible en esta versión-
–GG, «Cómo ejecutar un penal, parte 1» (2015)
–GG, «En el viejo Frigorífico Anglo de Fray Bentos supe pasar varios cumpleaños solitarios» (2015) -no disponible en esta versión-
–«La erupción de Krakatoa», litografía (1888)
–GG, «Cómo ejecutar un penal, parte 2» (2015)
–GG, «Nosotros, los representantes del espacio sideral, reunidos en asamblea general constituyente» (2015)
–GG, «Por voluntad y elección de las provincias que la componen» (2015)
–GG, «Ordenamos, decretamos y establecemos esta Constitución para la Nación Argentina» (2015)
–Pierre-Yves Petit, gárgola de Notre Dame (1920)
–Fotografía con cámara rapatrónica de una explosión nuclear, menos de 1 ms tras la detonación. Operación Tumbler-Snapper, Nevada (1952)
–GG, «Oh, el respiradero con rendijas descendentes por el que soy espiado en el baño de un hotel brasilero» (2015) -no disponible en esta versión-
–GG, «Mientras tanto, en una mesa de luz de un hotel tropical del siglo XXI» (2015) -no disponible en esta versión-